Furuya, obsesionado con los zombis, prepara una poción para reanimar a su gato muerto cuando conoce a Rea. Ella se siente desdichada, como ninguna otra chica, gracias a su espeluznante y dominante padre. Cuando el dolor se vuelve insoportable, intenta suicidarse con un sorbo del extraño elixir de Furuya. La poción no la mata, ¡pero sí la convierte en zombi!